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La roseta:

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Encolado de anillos completosEncolado de anillos completos
Routeado de canal para rosetaRouteado de canal para roseta
Presentación de roseta en canal Presentación de roseta en canal
Roseta Moggia antes de encolarRoseta Moggia antes de encolar
Roseta Moggia terminada aRoseta Moggia terminada a
Roseta Moggia terminada bRoseta Moggia terminada b
Roseta Moggia terminada cRoseta Moggia terminada c
Elementos para el armado de la rosetaElementos para el armado de la roseta

Aquí les ofrezco una aproximación fotográfica que describe los distintos procedimientos para la elaboración artesanal de una roseta, decoración tradicional y típica de guitarra española. Como fuera publicado en el Manual Argentino de la Guitarra intitulado “La Guitarra Mágica”, año 2009, esta secuencia fotográfica muestra cómo se hace una roseta compuesta de 22.000 piezas individuales de madera. De diseño propio, esta roseta está inspirada en los motivos de las cerámicas esmaltadas y azulejados producidos entre los siglos XIII y XV en España.

Calibración y calculo de trastes:

La ubicación única e irrepetible de cada traste sobre el diapasón, se corresponde al sistema musical occidental dodecafónico (doce sonidos fundamentales, las 7 notas musicales que conocemos popularmente más 5 semitonos). La utilidad de su presencia es básicamente que permiten que la cuerda pisada, en su extremo vibrante hacia el puente, concentre mejor su energía vibratoria, dado que la cuerda queda anclada a un metal (a diferencia de instrumentos no temperados como ser la familia de los arcos). Además, facilitan la afinación del ejecutante sin tener que buscar notas al tacto aleatoriamente.

A partir del surgimiento de la noción matemática de lo que es un número fraccionario (un número no entero), y de la creación de lo que hoy todos conocemos como raíz cuadrada (la inversa de la potencia de un número), nos es posible determinar la ubicación exacta de un traste buscando la progresión geométrica que describe las distancias correspondientes a cada frecuencia sonora requerida. La gran mayoría de los constructores de instrumentos temperados hoy, se valen de la utilización de el siguiente número divisor: 2 elevado a la 1/12. para la obtención de estas distancias.
Este número, que es lo mismo que decir raíz doceava de dos, será el número divisor por medio del cual obtendremos una progresión geométrica decreciente en la superficie de nuestro diapasón.
Las distancias individuales surgen realizando la siguiente operación:
-la división entre: el largo total de cuerda (desde cejilla hasta selleta) y 2 a la 1/12. Obtendremos así la distancia desde la selleta del puente al 1º traste.
-luego esta nueva distancia será dividida por el mismo divisor (2 a la 1/12), obteniendo así la distancia desde la selleta al 2º traste.

Este proceso se repetirá hasta la obtención de todas las distancias necesarias para colocar la cantidad de trastes requerida.

Hasta aquí la precisión de su colocación lo es todo. Pero aparece otro factor fundamental.
La escala de progresión geométrica que hemos obtenido para la colocación de nuestros trastes, es en teoría exacta y para un plano de 2 dimensiones.
El factor desequilibrante será la cuerda suspendido, en ángulo y en tensión, más su afectación por la sobre-tensión que le suministramos cada vez que la digitamos. Esta presión sube la afinación de la cuerda, muy poquito, pero de manera audible.
La forma de contrarrestar este aumento en la afinación es variar las longitudes de las cuerdas para corregir las diferencias tonales al ejecutarlas.

Por supuesto, no es posible con este sistema, en ningún caso, realizar una calibración 100% de temperamento igual en todos los trastes al mismo tiempo, y para cada cuerda del instrumento. Las únicas excepciónes, no frecuentes, son los diapasones de entrastado aviborado, y las guitarras micro-tonales con trastes móviles, dado que permiten traste por traste y cuerda por cuerda, buscar la frecuencia más acertada.

Incluso, recordemos que el oído humano naturalmente percibe de otra manera los intervalos musicales, diferente a una escala de "temperamento igual". El oído del ser humano reconoce distancias tonales en forma logarítmica, y tiende por ejemplo a reconocer un intervalo de quinta justa al ser levemente aumentado, y reconoce como justa una tercera cuando está levemente disminuida.
Estas particularidades, sumadas a la imposibilidad de afinación perfecta de los cordófonos temperados habituales, han generado siempre desafinaciones incorporadas y aceptadas por la percepción psicoacústica popular, como efecto del acostumbramiento del oído.

Desde hace mucho tiempo, se han hecho intentos por modificar estas diferencias, como es el caso de las excepciones antes mencionadas, y también individualizando los apoyos de las cuerdas en la selleta del puente con distancias particulares para cada cuerda, y con los puentes móviles presentes en guitarras eléctricas.

Y como si fueran pocas, existe otra variable de suma importancia que no siempre se tiene en cuenta. La variedad de marcas, materiales, tensiones, aleaciones, de cuerdas que hay en mercado, hacen de la tarea de la calibración, un anhelo de perfección que siempre se aproxima, siempre compensa errores.

Como verán, es lógico que el oído agudo y entrenado perciba estas sutiles diferencias a la hora de ejecutar la mayoría de los instrumentos, y por supuesto, aún con todo esto, una guitarra bien entrastada nunca debe permitir que estos fenómenos llamen la atención. Estos problemas deben pasar lo más desapercibidos posibles, sobretodo teniendo en cuenta que la riqueza armónica de un instrumento se incrementa con la disminución de estos errores, favoreciendo la simpatía vibratoria entre las cuerdas.

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